Cynefin en 5 minutos

Simón Muñoz
6 min readMar 1, 2021

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En el post de hoy introduciremos Cynefin, un framework de apoyo a la toma de decisiones que precisamente nos ayuda a saber qué hacer dependiendo del contexto en el que se halle el problema a resolver.

“Entender es saber qué hacer”. — Ludwig Wittgenstein

Cynefin toma aspectos de la ciencia de la complejidad, la cual estudia las interacciones existentes entre un sistema y los agentes intervinientes en el mismo. Según la relación entre éstos, podemos encontrar dos tipos principales de sistemas:

Sistemas Ordenados

Los sistemas ordenados presentan ciertas restricciones o limitaciones que permiten anticipar el comportamiento de los agentes implicados. Son sistemas donde las relaciones causa efecto son lineales. Si somos capaces de descubrirlas, podemos manipularlas para alcanzar un resultado.

Sistemas Complejos

Los sistemas complejos no se pueden modelar simplemente estudiando sus características intrínsecas. Las relaciones entre sus integrantes no son lineales, sino que varían según los distintos elementos del sistema interactúan entre sí.

Dave Snowden, el inventor de Cynefin, divide a su vez estos dos sistemas en cinco dominios. Ante un problema dado, el framework nos ayuda a tomar una decisión reconociendo en qué ámbito se encuentra y proponiendo distintas estrategias que podemos utilizar para resolverlo.

Cynefin se representa gráficamente de la siguiente manera:

A la derecha encontramos los dominios pertenecientes a los sistemas ordenados: Complicado y Sencillo (“Clear”). A la izquierda, los dominios Complejo y Caótico representando a los sistemas complejos. En el centro encontramos el quinto dominio, al que Snowden llama Confuso, que a su vez divide en dos, Aporético y Confundido.

Dominio Sencillo

El dominio sencillo es aquel en el que encontramos restricciones rígidas que determinan el comportamiento de los elementos implicados. En estos sistemas A precede a B y resulta siempre en C.

Este dominio es por tanto proclive a la procedimentación ya que, una vez establecido la conducta por defecto, es fácil delegar y no requiere comunicación adicional. Un ejemplo típico del dominio sencillo sería el funcionamiento de un centro de atención telefónica, dónde para cada llamada suele haber una respuesta dada que permite saber qué hacer en cada situación.

Cuando un problema se encuentra en este terreno, resolverlo se limita a seguir un proceso que Snowden califica como Percibir, Categorizar, Responder. Primero evaluamos los hechos, los categorizamos, y actuamos aplicando una respuesta ya predeterminada de acuerdo a su categoría.

Dominio Complicado

El dominio complicado se caracteriza porque sus limitaciones no son rígidas y determinadas, sino basadas en leyes que gobiernan el comportamiento del sistema. Existen relaciones causa efecto, pero no son evidentes como en el dominio sencillo y se suele recurrir a expertos para encontrarlas a través del análisis de la situación.

Es el dominio de los ingenieros, los médicos y los abogados, los cuales recurren a buenas prácticas para encontrar las mejores soluciones. En este dominio la forma de actuar es Percibir, Analizar, Responder.

Dominio Complejo

Entramos en el terreno de los sistemas complejos, no lineales y sin relaciones causa efecto aparentes. Si trabajas en un equipo de producto en una startup, es bastante probable que pases la mayor parte del tiempo aquí.

Los problemas de este dominio no tienen una solución evidente, sino que el mero hecho de interactuar con el sistema hace que este evolucione cambiando su comportamiento. Las soluciones emergen del sistema de forma exaptiva y sólo pueden ser consideradas como tales a posteriori.

En este dominio en lugar de restricciones rígidas o gobernadas, que limitan el espacio de la solución, nos encontramos con restricciones habilitantes. Snowden hace una referencia al mundo animal para explicar estas diferencias entre restricciones.

El exoesqueleto de un insecto sería un ejemplo de las primeras ya que limita su naturaleza. Por contraposición, el endoesqueleto de un mamífero sería un ejemplo de restricción habilitante, ya que posibilita múltiples configuraciones alrededor del mismo. La misma base posibilita que existan atletas y personas con sobrepeso.

El proceso propuesto por Cynefin para el dominio complejo es Explorar, Percibir y Responder. Exploramos lanzando pequeños experimentos de forma iterativa que nos permitan poco a poco reducir la incertidumbre y cambiar de dominio.

Dominio Caótico

El dominio caótico es el terreno de lo que no se puede saber. Las relaciones causa efecto son totalmente aleatorias por lo que tratar de buscar respuestas cuando nos encontramos en este estado es inútil.

Caemos en el dominio caótico cuando nos enfrentamos a una crisis. En estas situaciones, la prioridad es atajar el problema, y hasta que no lo hagamos no podremos pensar en los siguientes pasos.

En este dominio seguimos la norma de Actuar, Percibir y Responder.

Dominio Confuso

El quinto dominio se encuentra en el centro del framework y se utiliza para posicionarnos cuando no sabemos en qué dominio nos encontramos.

Snowden lo divide a su vez en dos, Confundido y Aporético. El primero se refiere a la situación en la que literalmente no sabemos qué está pasando. Puede que ni siquiera seamos conscientes de que está pasando algo.

El término aporético viene de Aristóteles, quien lo utilizó para definir un estado de impás en nuestro razonamiento cuando estamos confundidos. La diferencia radica en que es un proceso activo, sabemos que estamos confundidos y voluntariamente decidimos permanecer en este estado por un tiempo para tratar de enfrentar mejor el problema.

Moviéndonos entre dominios

Cynefin es un framework inspirado en el mundo natural y como tal es dinámico. Esto quiere decir que acepta que los problemas no son estáticos y pueden cambiar de contexto.

Así pues, un problema puede comenzar como una crisis en el dominio caótico, donde Cynefin nos indica que debemos priorizar actuar para atajarla, pudiendo trasladarla al dominio complejo.

Una vez el problema ya no es acuciante, comenzamos una fase de experimentación en la que poco a poco vamos tratando de reducir incertidumbre y moviéndolo poco a poco hacia el terreno complicado.

En el dominio complicado, una vez definidas las restricciones que permiten acotarlo, los expertos ya pueden estudiarlo para tratar de optimizarlo y quizás hasta industrializarlo en procesos típicos del dominio sencillo.

Podríamos decir que los dominios son permeables entre sí. De hecho, Cynefin incorporó hace poco el concepto de liminaridad, que representa espacios concretos entre los dominios en los que los problemas pueden estar en transición entre un dominio u otro.

Si os fijáis, estos contextos compartidos se encuentran entre el dominio complicado y los dominios caótico y complicado. Sin embargo, entre los dominios complicado, sencillo y caótico, carecen de estos espacios de transición, por lo que los problemas pueden cambiar rápidamente de un contexto a otro. Esto es especialmente importante en la transición sencilla a complicada, dónde algo que en principio estaba resuelto puede derivar en una crisis rápidamente.

Un buen ejemplo de este movimiento entre dominios lo encontramos en este gráfico:

Recursos recomendados sobre Cynefin

Hasta aquí lo que no aspiraba a ser más que una introducción a Cynefin. Para aquellos que queráis ampliar conocimientos, afortunadamente hay una gran cantidad de material al respecto. Os dejo a continuación lo que más me ha ayudado a entenderlo y a escribir parte de este artículo:

Como siempre, muchas gracias por estar ahí. Podéis compartir libremente este artículo y si queréis seguir la conversación me encontraréis en @simonvlc.

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Simón Muñoz

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